Estos factores tienden a estar relacionados: por ejemplo, es en los hogares más pobres que el clima educativo es más bajo, en promedio. Y aunque el embarazo adolescente no se presenta únicamente en hogares de pocos recursos, es allá que más a menudo el embarazo temprano implica que la joven salga del colegio. Asimismo, los problemas de acceso se dan cuando no hay recursos para solventar estos factores.
Como resultado de la pandemia del coronavirus en el 2020 y el subsecuente cierre de escuelas y colegios, la falta de conectividad se ha transformado en un importante factor de exclusión estudiantil. De repente, no sólo tener los recursos tecnológicos necesarios para seguir clases fue importante, sino también vivir en un lugar donde hay disponibilidad de buenas conexiones a internet.
La Ministra de Educación Pública, Guiselle Cruz Maduro, aseveró en agosto que unos 90.000 estudiantes no se habían comunicado con sus docentes en más de dos meses.
Estimaciones del Ministerio de Educación Pública de agosto de 2020, cifran en 375.000 los estudiantes sin acceso a internet (casi un 30% del total) y en unos 90.000 los que no se habían comunicado con sus docentes en más de dos meses
Lo anterior deja claro que todavía hay mucho camino por recorrer para lograr el “100% en el cole”.