El coronavirus nos dejó una gran tarea. Al país, y a todos los países. En marzo 2020 se cerraron todos los centros educativos para los 1,5 millones de estudiantes del país, en un momento en el que el país no estaba en la posibilidad de ofrecer una educación virtual de calidad a todos.
Después de Semana Santa, el Ministerio de Educación Público ha recurrido, en la medida de lo posible, a la educación virtual. No obstante, lo que en la educación privada se convirtió en la regla, para la pública no fue tan evidente. La educación a distancia incluye desde estudiantes totalmente equipadas con la tecnología y conexión a internet para tener clases de manera virtual, hasta otros que reciben los textos y tareas una vez al mes, junto con el paquete de comida.
Así las cosas, en noviembre de 2020, después de más de 8 meses del inicio de la pandemia, el MEP estimó que unos 324.000 lumnos no habían podido acceder a las clases virtuales por falta de conexión a internet. La brecha que ya existía entre estudiantes de familias con mayores recursos y los que no los tienen, se ha hecho mucho más grande.
A raíz del limitado acceso de jóvenes, especialmente de áreas rurales, a una buena conexión, el MEP ha externado el temor que casi 90.000 estudiantes no regresarían a las aulas después de la pandemia. Esta cifra no incluye a los 53.000 jóvenes de 12-16 años que ya estaban fuera del sistema educativo antes de la pandemia.
Es poco probable que la educación formal regrese a un sistema totalmente presencial. Por esta razón incluimos a la falta de conectividad como un importante factor de exclusión estudiantil para el futuro. Durante la pandemia es el eje más importante alrededor del que trabajamos.
¿Qué hacemos?
⦁ Becas
⦁ Acceso a clases virtuales: Una encuesta entre nuestros becados nos permitió saber quienes contaban con los celulares y computadoras necesarios para poder asistir a la educación virtual. Mediante donaciones de teléfonos inteligentes y tabletas logramos que cada uno / una de nuestros becadas pudiera asistir a las clases virtuales, con excepción de quienes no tenían posibilidad de acceso a internet y donde el colegio sólo brindó la opción de paquetes de tareas.
Además, a los estudiantes becados que no contaban con una conexión wifi, se les brinda mensualmente el paquete de conectividad que les permite asistir a las clases.
⦁ Seguimiento: mediante seguimiento y un programa de mentoría en cooperación con el estudiantes de docencia de la Universidad de Costa Rica, tratamos de lograr que también este año y no obstante las circunstancias de la pandemia, todos los becados puedan ganar el año.
⦁ Concurso ‘estudiar en casa’:
para motivar a los estudiantes hicimos un concurso “cómo es estudiar en casa” en el cual los jóvenes podían expresarse mediante textos, dibujos, canciones, vídeo o teatro sobre cómo experimentan ser estudiante en casa.
⦁ Congreso 2020 “Nuevas estrategias para nuevos desafíos”
⦁ Congreso 2020 “Nuevas estrategias para nuevos desafíos”
Los 3 foros del congreso tocaron el tema de la educación virtual en Costa Rica, y ofrecieron herramientas para mejorarla.
⦁ Incidencia
La Fundación ha sido vehemente en la lucha por la protección de los jóvenes que no tenían acceso a la educación virtual.
⦁ Artículo sept. 2020.
⦁ Pronunciamiento público noviembre 2020.