Foto: Paulo Peña​

El informe anual de Unicef Costa Rica asevera que, en el 2018, el 34% de los niños, niñas y adolescentes en Costa Rica vivía en pobreza, el 12% en pobreza extrema. Y agrega: “a mayor nivel de pobreza en la niñez y adolescencia es más alta la exclusión, la exposición a la negligencia en el cuido y el involucramiento en actividades ilícitas”.

A la vez, la Encuesta Nacional de Hogares 2020 del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC) mide el fuerte impacto de la pandemia en la población más vulnerable: la pobreza se disparó de 21% en 2019 a 26,2% en 2020, alcanzando ahora a casi 420.000 hogares. De ellos, casi 113.000 hogares se encuentran en pobreza extrema.

En otras palabras: a finales del año 2020, cerca de medio millón de los 1,4 millones de menores de edad en Costa Rica viven en pobreza.

Donde reina el hambre y la necesidad, el dinero para ir al colegio no es la primera prioridad y las opciones de los niños de terminar los estudios disminuyen rápidamente. El hecho de que terminar los estudios secundarios garantice el acceso a trabajos mejor remunerados a mediano y largo plazo, no alivia las necesidades de hoy. Muchas veces, los jóvenes en vez de ir a clases deben ir a buscar trabajo, para ayudar a conseguir el dinero para comer y vestirse todos.

¿Qué hacemos?

Becas

Damos becas de estudio a colegiales de familias de bajos recursos de los cantones de La Unión, Cartago y Limón. Iniciando con 10 becas en 2010, en 2020 se otorgaron 150 becas. Las becas están vinculadas al desempeño académico. 

Congreso 2018

El congreso 2018 se enfocó en la pobreza como uno de los factores de exclusión estudiantil, y las posibles opciones.

Incidencia