“Necesitamos ingenieros que bailen”

Reflexiones en una tarde de café con Diego Ugalde, coordinador TCU Juntas al Bachi

 

Fue una tarde nublada al final de la temporada de lluvias, cuando me senté a hablar con el Prof. Diego Ugalde, quien coordina el aporte de estudiantes que hacen el Trabajo Comunal Universitario (TCU) con nuestro programa Juntas al Bachi.  Como le encanta el café, acompañamos la conversación con una buena taza de café hecha en la mesa, con el método del sifón.

Diego Ugalde es profesor de Español, es filólogo y está terminando una maestría en lingüística. Trabajó dos años como subcoordinador TCU lenguas indígenas, elaborando materiales para docentes que enseñaban boruca. Para el Informe Estado de la Educación 7 y 8 fue parte del equipo investigador para el área de lectoescritura en Primaria.

Actualmente es profesor de Castellano y Literatura en la Universidad de Costa Rica (UCR).  En la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) da capacitaciones sobre el enfoque pedagógico de la educación a distancia.

Le gusta la investigación. Para él, “Todo profesor es un investigador en potencia, el aula es su laboratorio”. Y confiesa “Mi gran pasión es enseñar, ser profesor”.  A la vez enfatiza que ser profesor es sólo parte de lo que es. “Uno no es su trabajo”.

En el tiempo libre que le queda, le encanta leer, visitar museos y el arte en general. Incluso, pinta – “pero como amateur”, se apresura a aclarar. Y salir con amigos, nadar, correr.

Como ciudadano de este país, siento la necesidad de atender de alguna manera la desigualdad.

¿Por qué se identifica tanto con Juntas al Bachi?, quiero saber.

“La Universidad de Costa Rica tiene tres pilares”, explica. “La docencia, la investigación y la acción social. Yo soy producto de la educación pública. Me identifico mucho con el proyecto Juntas al Bachi, en primer lugar porque es acción social. Yo soy resultado de la educación pública (UCR). La U me enseñó la importancia de los valores humanistas, de ayudar a los demás, de devolverle al país.“

Diego fue becado de honor desde 2º año hasta graduarse, con exoneración total. Explica que sin eso, no hubiera podido estudiar. Y esa necesidad de retribuir que siente, lleva a la acción social y a apoyar a poblaciones vulnerables.

Constata que el país se hace cada vez más desigual, y con eso también viene mayor violencia. Indica que tenemos que cuidarnos mucho de no perder lo que construimos, que no se nos vaya por la borde lo invertido en la educación.

“Como ciudadano de este país, siento la necesidad de atender de alguna manera esa desigualdad. Y la solución para la desigualdad y la movilidad social es la educación, particularmente la pública, para ayudar a salir adelante”.

Ingenieros que bailen

Hacía la tendencia de enfocarse mucho en las carreras STEM en las carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas por sus siglas en inglés – red.) tienes sentimientos encontrados.

“A veces hablan de STEAM, para incluir las artes, aunque siento que eso es más que todo cosmética, como para decir que se incluye algo humanista. Me parece que no le dan mucho valor a que haya humanidades y arte para el desarrollo del ser humano. Y esa es una muestra de la pérdida a la que me referí. La educación ha perdido claridad en cuanto a la visión del ser humano que va a formar. Con el acento en las carreras STEAM, sin interés por lo humanitario, a algunas personas lo que les interesa es formar mano de obra más o menos calificada, pero sobre todo, barata.”

Aclara que no siempre es así, pero que demasiadas veces la preocupación se centra casi exclusivamente en lo técnico, y no en formar seres humanos que sean críticos, innovadores, que puedan pensar por sí mismos. “La ciencia dejó grandes invenciones, pero también la bomba atómica. ¿Qué es la ciencia si no se acompaña de reflexión, pensamiento filosófico, ético, moral…?”, pregunta.

“La oferta educativa reduce la filosofía, música,… con el argumento ‘¿para qué un ingeniero debe saber de filosofía?’ Pues, porque no sólo es ingeniero. Uno no es sólo su profesión. La filosofía te recuerda que hay más en vos. Necesitamos ingenieros que bailen.””

“En la filosofía está la ética”, continúa. “¿Cómo tomar decisiones pensando en el impacto negativo en la sociedad? Tomemos el cambio climático: necesitamos ingenieros que no sólo saben de ingeniería, sino que entiendan el impacto sobre la gente. Siempre hay que cuestionarse el bien y el mal. La Inteligencia Artificial debe ir acompañada de reflexión ética, si no, puede ser muy mal”.

Antes de terminar, propone un reto: vaya a hacer preguntas filosóficas (¿Crees en Dios?, ¿qué es la belleza?…). “Se te ríen en la cara”, asegura, “dicen que ahí va otro ‘chancletudo UCR’”, y sonríe. Antes de despedirnos, le prometo que voy a hacer la prueba.

¿Y usted?

(fotos: cortesía Diego Ugalde)